Catedral de Brasilia,1959-1970, D.F. Brasil. Oscar Niemeyer


Niemeyer buscó una forma compacta y lim­pia, un volumen único capaz de surgir con la misma pureza desde cualquier perspectiva y, a la vez, de profunda expresión religiosa. 
«Realizar una catedral que no necesita cruz ni imágenes de santos para simbolizar la Casa de Dios, una escultura monumental traduciendo una idea religiosa, un momento de plegaria. Un bloque uniforme simple y puro. Un objeto de arte."

El exterior: la estructura aérea naciendo de la tierra, un grito de fe y de esperanza; después, la galería situada en penumbra para preparar a los fieles al espectáculo religioso; en fin, los contrastes de luz y los efectos exteriores, los fieles se alejan del mundo y se proyectan entre la catedral y los espacios infinitos.» (O.N.) Los vidrios refractarios ligeramente coloreados en los vacíos de los montantes colocados en 1970, fueron construidos con placas poligonales insertadas en una fina malla metálica, conservando así la ligereza y transparencia del conjunto.



































































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