Siete ciudades que están impulsando planes sostenibles para ser más habitables
En parte esto se explica porque la mayoría de estas iniciativas están diseñadas bajo criterios de sustentabilidad con los que se apunta a aumentar las áreas verdes y los espacios públicos, fomentar las caminatas y el uso de la bicicleta, e incluso promover la construcción de viviendas que incorporen tecnologías que gestionen los recursos de mejor manera.
Ejemplos de esto son el proyecto de París para aumentar los espacios públicos en torno al río Sena, el plan de Copenhague para aprovechar las azoteas como espacios para la vegetación y el barrio de Friburgo, en Alemania, que en sus edificios tiene paneles solares que le permiten generar cuatro vez más energía que la que consume.
En un artículo publicado por The Guardian, fueron seleccionadas siete ciudades del mundo, entre ellas dos latinoamericanas, que tienen planes de largo plazo con “medidas radicales”, según menciona el diario británico, para ser más sostenibles.
1. Bogotá
Acerca de la capital colombiana, The Guardian menciona dos proyectos. El primero es la celebración del Día Mundial Sin Autos que se realiza cada 22 de septiembre desde el año 2000 y que en la capital colombiana se establece una prohibición para que no circulen automóviles.
El segundo es el sistema de buses públicos, TransMilenio, que fue inaugurado en el año 2000 e integrado a la red de transporte local. Su diseño fue hecho bajo estándares de Bus Rapid Transit (BRT), por lo que se caracteriza principalmente por tener una red de corredores exclusivos para los buses, como si fuera un metro en superficie, que cuenta con estaciones.
2. Hamburgo
En Hamburgo están conscientes de esto y como una manera de reducir el consumo de plástico, decidieron que en los edificios de organismos públicos, ciertos colegios y universidades, no se comercialicen botellas de agua ni vasos de café en envases plásticos.
3. Helsinki
Aunque aún hay varios temas por resolver, la idea es que los habitantes tengan la posibilidad de moverse en distintos medios de transporte, como bicicletas, buses, taxis, tranvías o autos compartidos.
Un proyecto que fue testeado por Helsinki hasta el pasado 31 de diciembre de 2015 fue el servicio de buses públicos compartidos, Kutsuplus, que recogía a los pasajeros que pedían el servicio de acuerdo a la cercanía entre sus destinos.
Este sistema a pesar de haber tenido una demanda creciente y sostenida en el tiempo, fue finalizado por las autoridades porque consideraron que su costo era elevado para los contribuyentes, según publica Cityscope.
4. Milán
En el caso de Milán, la idea propuesta por el Concejo de Movilidad tiene relación con evitar los elevados niveles de contaminación atmosférica que afectaron a la ciudad en diciembre pasado y que hicieron necesario prohibir que por dos días los automovilistas no ingresaran a la “zona verde” establecida en el centro, reducir el costo de los pasajes en el transporte público y liberar el pago de las bicicletas públicas.
5. Oslo
Una de las últimas ciudades en anunciar un plan en esta línea fue Oslo, la capital de Noruega, que en octubre del año pasado fijó prohibir que los automóviles puedan circular en el centro en 2019. Esta es una de las medidas de un proyecto mayor implementado desde los años 90 en que la ciudad apunta a reducir sus emisiones de efecto invernadero en un 50% para 2020.
La iniciativa sería complementada con la construcción de 60 kilómetros de ciclovías, subvencionar la compra de bicicletas eléctricas e invertir en el transporte público.
6. Sao Paulo
En 2006, esta ciudad brasilera fue una de las primeras en implementar una ley que reconocía la publicidad en las calles como contaminación visual por lo que prohibía su instalación. Tras esto, ciudades de todo el mundo adoptaron esta medida, siendo algunas de ellas Alaska y Vermont (EE.UU), Chennai (India) y Teherán, que paulatinamente durante el año pasado eliminó 1.500 anuncios.
7. Seúl
La segunda, está ligada a la denominada economía del compartir, que en el caso de las ciudades es posible verlo aplicado, por ejemplo, en el uso compartido de servicios de movilidad y espacios de trabajo (coworking).
En Seúl, el acceso a este tipo de economía es posible hacerlo a través de la plataforma municipal ShareHub que plantea que compartir en las ciudades es una manera razonable y sustentable para vivir, por lo que reúne servicios, talleres, actividades e información al que cualquiera puede ingresar.
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