Unité d'Habitation, 1952, Marsella. Le Corbusier


La Unité d'Habitation (Unité d'Habitation, 'Unidad de Habitación') es el nombre de un concepto de tipología residencial del Movimiento Moderno desarrollado por Le Corbusier, con la colaboración del pintor-arquitecto Nadir Afonso. El concepto fue la base de varios conjuntos de viviendas diseñados por él en toda Europa con ese nombre. Se trataba así de desarrollar una tipología edificatoria residencial que sirviera como modelo de producción de ciudad, apostando por la alta densidad. Es el surgimiento por tanto de la vivienda social, a raíz de las investigaciones desarrolladas en la construcción de la Urbanización de la Weissenhof en Stuttgart (Alemania).


La unidad habitacional de Marsella, el primer encargo que recibe del Estado francés, es uno de los proyectos icónicos de Le Corbusier y una de esas referencias básicas para cualquier arquitecto. Comienza a ser planeada inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial (1945-46), entrando en construcción en 1951. Esta obra, de una magnitud sin precedentes para su autor, se ve relentizada por problemas presupuestarios y tardará en ejecutarse cinco años, en lugar de los doce meses previstos inicialmente.

Le Corbusier abogó por rascacielos como unidades de arquitectura urbana integradas que debían cumplir una función exactamente establecida y ocupar un lugar determinado de antemano. Si pudieran ajustarse con exactitud todos los servicios de la comunidad, se cumpliría a la vez el sueño de la ciudad-jardín, ya que a los pies de cada rascacielos quedaría el suficiente espacio para una amplia zona verde.


El proyecto de Unidades de Habitación de Marsella está constituído por una unidad arquitectónica que alberga a 1600 personas, donde los apartamentos se adecúan a personas individuales o núcleos urbanos. El edificio es una construcción de 140 metros de largo, 24 metros de ancho y 56 metros de altura, y preveía un funcionamiento interno de más de 26 servicios independientes. Cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex accesibles desde un gran corredor interno cada tres plantas, “calles en el aire”. Algunos apartamentos ocupan la planta del corredor y la inferior, otros la del corredor y la superior.

En el interior del edificio, los 337 apartamentos se cruzan entre sí en el enorme entramado de hormigón armado. A media altura, una zona comercial de dos plantas se extiende a lo largo de los 135m del edificio, en el que había además salas de actos, un restaurante,un hotel, un lavadero y otros servicios de suministro.



Otro aspecto muy interesante de la unidad habitacional consiste en la utilización de la azotea como centro de funciones, siendo uno de los espacios de mayor vitalidad. Incluía una pista del atletismo de 300 metros, un gimnasio cubierto, un club, enfermería, guardería, espacio social. Estos servicios fueron dispuestos de modo que asimilaran las condiciones de visibilidad proporcionadas por la altura del edificio,entre las colinas y el mar, enriqueciendo así la experiencia de vida de los residentes.
































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