Viviendas en Hansaviertel
Viviendas en Hansaviertel
Arquitecto: Arne Jacobsen
Construido en: 1957
Ubicación: Berlín, Alemania
Arquitecto: Arne Jacobsen
Construido en: 1957
Ubicación: Berlín, Alemania
La Segunda Guerra Mundial había dejado devastada media Europa, especialmente Alemania y su epicentro, Berlín. Nacía así la necesidad de vivienda social que se adaptara a las nuevas demandas de diseño, construcción y materialidad.
El barrio de Hansaviertel, situado en el Berlín occidental como respuesta a la Stallin Allee (calle/barrio con fuerte carga ideológica estalinista, actual Karl Marx Allee), fue el elegido para celebrar la Exposición del Interbau de 1957, una exposición internacional de arquitectura y urbanismo al estilo de la Weissenhof de Stuttgart en 1927. Se trató en realidad, de un laboratorio de pruebas; torres, bloques y viviendas con y sin patios fueron proyectadas en un concurso por arquitectos alemanes y extranjeros. Hansaviertel daba respuesta a la escasez de vivienda en Berlín, propugnando un urbanismo caracterizado por la edificación abierta rodeada por zonas verdes, siguiendo el diseño original del proyectista Otto Bartning.
Cuando a Arne Jacobsen se le encarga actuar en el barrio de Hansaviertel, decide realizar cuatro viviendas unifamiliares con patio privado y garaje que en adelante formarían una de las mejores intervenciones de la cita. Si por algo destaca su intervención en el programa es por una cuádruple innovación en: vivienda, materiales livianos, concepto y distribución. El conjunto brilla por sus reducidas dimensiones en comparación con los programas realizados en la misma fecha por los mejores arquitectos del momento.
Tres de las cuatro casas patio proyectadas comparten un mismo esquema compositivo; una cuarta destina su parcela al aparcamiento de todas ellas y a una pequeña vivienda sin patio.
El acceso se produce en dos movimientos: el primero, de entrada por el cortafríos (necesario en los gélidos inviernos en Alemania) el cual determina también la anchura del baño y los desvanes, interior y exterior; y el segundo al vestíbulo que determina parcialmente la anchura de las tres habitaciones.
Sin lugar a dudas el patio es el elemento por el cual la casa bebe aire y luz ya que la vivienda, delimitada a ambos lados por medianeras, carece de ventanas. En este caso, el patio no está concebido para el tránsito y su deleite, sino más bien como una fuente por la que la casa se nutre. Se trata en cierta manera, de la batería generadora de vida en la vivienda. A él dan las habitaciones, la cocina y la zona de estar, estancias que descubrimos siguiendo la linealidad en la circulación tras el vestíbulo.
En una pieza rectangular de tres por cinco metros Jacobsen sitúa la zona de paso y la cocina, de dos por cinco, organizado su mobiliario en doble I con clara vocación al patio por el que ventila. Anexo a ella, una mesa y seis sillas “Ant” improvisan un sencillo comedor diario.
Al final del corredor la zona de estar, formada por el salón y un comedor mayor, ocupa la mayor sala de la vivienda con vistas al exterior de la parte trasera. El jardín posterior también forma parte de la casa y, junto al anterior en la fachada delimitado por la jardinera y el patio interior, remarcan una gran transparencia de espacios conseguida hábilmente en una casa entre medianeras.
La vivienda, proyectada principalmente para un matrimonio con dos hijos, se resuelve en una parcela de 9 x 15 m. Está equipada con tres dormitorios, un baño, cocina, dos almacenes (interior y exterior), sala de estar, estudio y patio; todo ello rigurosamente dimensionado por el módulo de 1 m que se advierte en las carpinterías de las fachadas. Un rápido vistazo a la planta nos evoca un efecto de linealidad producido principalmente por el propio uso de la modulación. Este tipo de actuaciones a la hora de proyectar una planta denota gran pulcritud en su trazado; demuestra cómo una línea puede atravesar muros y tabiques y continuar o cambiar su función sin alterar la forma. Se jerarquiza un orden que compondrá la vivienda una vez haya sido encontrado por el arquitecto.
Zonas de día / de noche
El patio se encuentra situado como elemento articulador de la vivienda, además de su indiscutible función como alimento de luz y ventilación para la misma. Determina así, debido precisamente a su posición, las zonas de día y de noche.
En una banda de 2,2 m de profundidad se inserta el cortafríos (por donde se accede tangencialmente a la vivienda), el baño y los almacenes; en otra de 2,8 m se sitúa el vestíbulo y los dormitorios. Las habitaciones ventilan por el patio gracias a ventanales y en la habitación matrimonial se resuelve con dos camas separadas. El mueble situado a modo de cabecero en las habitaciones de 50 cm contribuye, de nuevo, al efecto de linealidad en la vivienda. Todo ello comprende la zona de noche, fácilmente reconocible en la planta de la casa.
La zona de día se sitúa en la parte trasera, en la otra parte del patio y por tanto opuesta a la zona de noche. En ella se encuentran el salón, siendo el mayor espacio y con una clara vocación de mirada al patio trasero, además del estudio que adopta también la función de vestíbulo trasero.
Zonas húmedas / secas
Se sitúa un baño en la zona nocturna y, entre la zona de día y la de noche, la cocina junto a un pequeño comedor.
La disposición mobiliaria en la cocina se adapta muy dignamente a sus escasos 10 m2; por un lado el mueble principal en forma de doble I se enfoca hacia el patio y la mesa (el mobiliario original contaba con las sillas “Ant” diseñadas por el arquitecto) perpendicular a la cocina.
Circulaciones
El eje principal que articula las demás circulaciones se encuentra anexo a la medianera izquierda. Por él se accede a la vivienda, atravesando el cortafríos y el vestíbulo, conduciendo finalmente hasta la sala de estar. Su anchura es el módulo originario de 1 m, el paso de una persona.
El patrón base sobre el cual se rige la vivienda viene definido, como hemos visto, desde el comienzo. A partir de ahí, y si el módulo estudiado es el correcto, aparece un tipo de juego lógico, un puzzle del cual solo vemos sus piezas sueltas. En Hansaviertel, Arne Jacobsen resuelve este tipo de rompecabezas de manera impoluta, plasmado su estudio en la planta tan claramente comprensible.
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