Edificio Olmedo, Zamora, 1956. Alejandro de la Sota


El edificio Olmedo situado en la calle Cortinas de San Miguel 1 de Zamora, compuesto de viviendas y locales comerciales, fue proyectado por Alejandro de la Sota y construido para el empresario José Olmedo entre 1956 y 1957.
Promotor y arquitecto tenían en común su origen pontevedrés, y esa fue una de las causas por las que Alejandro de la Sota realizó un conjunto de intervenciones sobre el solar en que anteriormente se asentaba el antiguo convento de Santa Clara, demolido en 1949. La más destacada de estas actuaciones es la primera que se realizó, que se diferencia claramente del resto y ocupa un solar en esquina.
La fachada se resuelve con el uso de piedra local procedente del antiguo convento, y su presencia se aligera con la introducción en ángulo de paños de paneles de fibras de madera prensada, en los que se integran los huecos, modulados y apoyados en una subestructura de acero vista en las esquinas. De este modo se incrementa la abstracción volumétrica impidiendo la visión de la cubierta a cuatro aguas mediante un vuelo levantado sobre la línea de sombra.
El edificio consta de dos viviendas pasantes por rellano. La fachada se reserva para las salas de estar, mientras las piezas destinadas a dormitorio, baño y cocina reciben luz y ventilan a través de patios interiores; en este caso, un quiebro oblicuo de la fachada interior facilita la independencia visual entre piezas de viviendas diferentes. Otro giro en el tabique de la cocina ensancha el vestíbulo de entrada y facilita el acceso a las salas de estar.












Esta casa en Zamora es una de las que ahora hacemos; es de las que ahora se acogen a los beneficios que el Estado proporciona; de segunda categoría, económica por tanto; se trató de sacarle partido utilizando buenos materiales de la localidad, como la piedra que se utilizó en el chapado de los muros exteriores que la siente en Zamora, una ciudad donde la arquitectura es neutra y admite, por tanto, también esta. La planta de las viviendas corresponde a las que, como ya se ha dicho, tiene sus “tres zonas”; podría funcionar, pero creo que ya están atacadas del mal de uso. (1957)



Alejandro de la Sota





























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