Una Arquitectura distópica: El universo de Blade Runner



El universo de Blade Runner nos traslada a una versión distópica de la ciudad de Los Angeles en el año 2019, una sociedad desarraigada en donde los avances tecnológicos han traído consigo la fatalidad y decadencia del ser humano. Este contexto es reforzado por la ambientación de la película, en la que la Arquitectura es protagonista, envuelta en un halo de tristeza y melancolía marcado por la lluvia ácida recurrente en todos los escenarios y la música de Vangelis.


En 1982 el director de cine británico Ridley Scott estrena la película Blade Runner, basada parcialmente en la novela escrita por Philip K. Dick  ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? La relación íntima y profunda entre la Arquitectura y la trama de este film se basa en el acierto del director en la creación de una Arquitectura futurista alejada de edificios de última generación y basada en una ecléctica combinación de la Arquitectura Clásica y sin arraigos.



Asiáticos, latinos, árabes, caucásicos, africanos y así un largo etc… conforman la mezcla de razas que se ve en el contexto social del film. Esto se refleja en el contexto urbano, en donde los edificios de apartamentos que conforman las colonias de apartamentos están inspirados en la Arquitectura Maya y a su vez conviven en un paisaje urbano en el que se mezclan columnas griegas y romanas como un recordatorio de la ciudad perfecta o del paraíso perdido.


El urbanismo en Blade Runner es decadente, sin relación ni nexo entre los espacios que lo conforman, un urbanismo que nos recuerda a las juderías medievales, donde los guetos se especializan en el desarrollo de actividades económicas concretas. La filosofía de Blade Runner nos lleva a una mezcla de “cyberpunk” y “cine negro”.


El cyberpunk marcado por un liberalismo llevado al extremo, así en los edificios  destacan los anuncios publicitarios y las luces de neón en continuas incitaciones al consumo desacerbado y al placer. La frase del Dr Tyrell resume perfectamente esta idea: “El comercio es nuestro objetivo aquí en la Tyrell”.


Por otro lado tenemos la persecución de Rick Deckard (Harrison Ford), un perfecto antihéroe típico del cine negro, marcado por su dualidad interior, con el objetivo de “retirar” a los Nexus 6 y además la trama de la película nos presenta la búsqueda de la inmortalidad por estos Replicantes  Nexus 6 y el deseo de evitar la muerte que  los lleva a una investigación paralela hasta dar con el Dr. Tyrell.


En el ambiente de Blade Runner aflora una oscura sensación de opresión y frustración que nos transmite Ridley Scott mediante el constante ruido de cláxones, gritos, gases y las proclamas publicitarias en una ciudad marcada por un urbanismo caótico y decadente. Entre este amalgama de eclecticismo arquitectónico hay que destacar el gran acierto del director al incorporar dos edificios que adquieren un gran protagonismo dentro de la película, la Casa Ennis de Frank Lloyd Wright y los almacenes Bradbury de George H. Wyman.

ALMACENES BRADBURY – ARQUITECTURA REAL EN BLADE RUNNER



Ambas construcciones son enormemente conocidas en la ciudad de Los Angeles y que el director las incorpore magistralmente dentro del guión de la trama hace que la geolocalización del mismo sea impecable, además al evitar construcciones más futuristas o de diseño más vanguardista ha conseguido que la película no haya sufrido de un envejecimiento prematuro sin recurrir a un elevado presupuesto ni a unos efectos especiales que chirríen con el paso del tiempo.

LA CASA ENNIS DE FRANK LLOYD WRIGHT EN BLADE RUNNER



La Casa Ennis construida en 1924 y se traslada al film como el departamento de Deckard, una vivienda que refleja el gusto por la Arquitectura Maya y traslada ese espíritu atemporal al film. Por otro lado los Edificio Bradbury construido en 1893, aparece como un lugar sombrío y abandonado en donde vive J.F. Sebastian, el entrañable diseñador genético que sirve como puente al Replicante Roy para llegar hasta su creador.

Supongo que a todos los que nos interesa la Arquitectura nos hemos perdido en el caótico universo que nos muestra Blade Runner, incluso sumergiéndonos con nuestra imaginación en el interior de las edificaciones que aparecen en la película.


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